lunes, 17 de octubre de 2016

Consecuencias a la exposición a humo de tabaco en el embarazo

La exposición al humo del tabaco tiene un efecto negativo en todas las fases de la reproducción humana. Fumar afecta negativamente a la fertilidad masculina y femenina. El consumo de tabaco —incluido el tabaco sin humo— durante el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones graves como abortos, muerte prenatal, embarazos ectópicos y partos prematuros.  Un estudio realizado en Chile en 1984 sobre el efecto que tiene el hábito de fumar de la embarazada y el peso del recién nacido reporta que la diferencia de peso medio entre los hijos de las fumadoras y los hijos de no fumadoras fue de 220g, también se ha documentado que la proporción de prematuros en mujeres embarazadas que fuman es el doble de las embarazadas que no lo hacen, así como el riesgo relativo de fallecer antes de cumplir un año es de 1.45 en hijos de fumadoras. Aunque no se ha establecido claramente una asociación del consumo de tabaco en el aumento de la tasa promedio de malformaciones congénitas, se han reportado posibles asociaciones con respecto a cardiopatías congénitas, craneosinostosis y fisuras orales.


La exposición al humo de tabaco es común en el continente americano: encuestas realizadas entre adolescentes de 13 a 15 años de edad han demostrado que el 70% de ellos en Buenos Aires y el 60% en La Habana están expuestos a humo de tabaco en sus hogares. De acuerdo a la OMS cada día empiezan a fumar entre 82 000 y 99 000 jóvenes; muchos de ellos menores de 10 años y la mayoría vive en países de ingresos bajos y medios, si consideramos que en la actualidad nos encontramos ante el aumento del embarazo en adolescentes (sobre todo en países de ingresos bajos y medios); podríamos inferir que este grupo poblacional se encuentra vulnerable para desarrollar ambos problemas de salud. 

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